Pensar y sentir el teatro
Por Lorena Oliva
Mucho se ha comprobado sobre los beneficios del teatro en el desarrollo integral del niño, niña y adolescente, de cuánto aporta a su seguridad personal, a su autoestima, a su expresividad, a su seguridad, a su desarrollo integral.
Pensamos a modo personal
Más bien de de manera individual, como cada alumno se beneficiará de diferente manera y cómo evolucionará su desarrollo después de pasar por una experiencia de verdadero aprendizaje a través del teatro, los artistas y docentes nos caracterizamos por la paciencia y la fe, que nos permite descubrir esos frutos muchos años después.
Pero, me parece que pocas veces pensamos en uno de los mayores aportes que el teatro les brinda a los niños y adolescentes, que tan necesario y urgente es en estos momentos como el privilegio de “pertenecer a un grupo”, con todo lo que eso conlleva.
Un grupo de teatro es generalmente un espacio dónde se conectan niños y niñas de diferentes edades y diferentes entornos, conviven muchas realidades, donde hay líderes y seguidores, donde hay que negociar y defender una idea , pero, claro, para eso primero hay que generar una ideas.
Es un espacio dónde hay compromisos, pactos, responsabilidades, dónde hay que ser flexible, dónde nos frustramos con facilidad, dónde hay códigos que respetar, metas que cumplir, donde se prioriza lo que le conviene a la obra o al grupo, pero también dónde hay mucha complicidad, risas, miedos, lágrimas y emociones mezcladas juntas y revueltas que permite que el pequeño artista se conozca más a sí mismo.
Es un lugar dónde el error es posible y aceptado, dónde no se evalúa con una calificación, dónde no se rotula a nadie, donde todos son aceptados. El teatro es inclusión.
Nos sorprende en el presente, con una consciencia plena de nuestras acciones y emociones.
Nos permite conocer otros mundos y culturas.
Amplía nuestro imaginario y nuestro corazón.
El teatro es tan ,tan generoso que nos acepta como somos y así con lo que somos creamos y con lo que queremos ser crecemos… hasta que un día el futuro nos sorprende más sensibles, más comprometidos con nuestras emociones, más despiertos y con recuerdos maravillosos de nuestro grupo de teatro de la infancia y la juventud.
Esa es la dicha de pertenecer...
Lorena Oliva
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